"Espinosa de Cerrato (Palencia)"

27 septiembre 2015

VIII CELEBRACIÓN ANUAL -QUINTOS DE 1948-

Bueno, pues como todos los años, el día 12 de Septiembre celebramos la fiesta de los quintos nacido en 1948.

Empezamos cuando cumplieron los sesenta, luego ya llevamos ocho años celebrándolo y estamos decididos a hacerlo hasta que como suele decirse, el cuerpo aguante. Y además cada año más ilusionados, pues un año más cumplido es una victoria y procuramos cada año ser más originales, para pasárnoslo mejor.

En concreto este año decidimos que el aperitivo antes de la comida fuera un poco fuera de serie y sí que nos costó un poco trabajo pero los cinco kilos de percebes que cogimos en los peñascos del cotarro de Santa Lucía fueron la repanocha y si no preguntad a Gonzalo y a Sabina que estaban asombrados de que ese producto se diera en nuestro pueblo. Sabina no hacía más que decir que en Logroño también hay unos peñascos parecidos, pero que allí ella no había visto esos percebes. Nos costó convencerla de lo mucho que nos había costado poner en marcha ese producto. Se admiraba de los racimos de percebes que había sobre todo en la cama del Fraile y de lo mucho que costaba arrancarlos. Sabrosísimos, tanto que Gonzalo, que diríamos es como el Arguiñano de Espinosa, decía que no tenían nada que envidiar a los del Cantábrico. 

También se quedaron admirados, bueno, nos quedamos todos admirados, pues ninguno esperábamos que en el vivero de la balsa pudiéramos coger lo que cogimos: unos bogavantes, por supuesto con la medida exigida por la ley, y que realmente creemos que fueron el aperitivo estrella. El que peor lo pasó en la balsa fue el pobre Lucinio, sobre todo a la hora de ponerles las gomas en las pinzas para evitar que con las mismas nos pudieran hacer un destrozo a algunos de nosotros.

Percebes que cocidos con el agua marina de la fuente de la Pajarera fueron la delicia de la mesa, y que tampoco tuvimos que hacer un gran sacrificio para dar cuenta de ellos, bien regaditos estos productos con un extraordinario chacolí (txakolin, para que no se me enfaden los vascos), y seguimos tirando de productos de nuestra tierra: queso de Baltanás, (el Chusco), el jamón de Guijuelo y las chuletillas de lechazo de una ovejita churra, de esos que pone Tierra de Sabor, o algo parecido y la verdad, vaya sabor que tenían.

Por la tarde pues se jugó al mus, francamente unas partidas duras, serias, de verdaderos jugadores de mus y se lo podéis preguntar a Ricardo que fue el primer año que nos acompañó en la celebración, el empeño que ponía el hombre por sacarse algún amarraco. Me malicio que con lo bien que se lo pasó a lo mejor se nos une en años venideros.



 Las mujeres jugaron al bingo de cartas. Se lo pasaron de miedo, tanto es así que estaban decididas a abrir una especie de academia en el pueblo para enseñar a otras mujeres del pueblo o de otros pueblos (Royuela, Villafruela). Las dijimos los hombres que no veíamos mucha salida a esa academia y se quedaron un poco pensativas.


La cena también muy bien. Degustamos un adobo que preparó Juliana, al estilo Juliana, que todos nos chupamos los dedos. Los caldos tintos y el orujo blanco, cosecha propia, también nos ayudaron a alegrarnos y a pasar un día realmente feliz y a esperar al próximo año.

Las dos fotos más que pongo solo es con la intención de que las comparéis con las del año pasado y veáis los destrozos que hace un año en las personas.



Y por supuesto. Que jamas nos falte el humor!!


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